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Johnny Cash, John Lennon, The Ramones y Joe Strummer retratados en los muros de la ciudad |
“La historia se escribe en la calle
con gente de verdad”
Weichafe – El Rock Del Poncho
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Los encapuchados de Liverpool: The Beatles retratados por el artista Mr. Brainwash Mural realizado en el Barrio Holborn, Londres. |
Nuestra ciudad se convierte, de esta manera, en un gran lienzo pintado por un montón de enmascarados con distintas opiniones e intereses. Cada uno proyectando su propia idea, generando una especie de collage, muy lejos del carácter militante del muralismo político y del ególatra graffiti norteamericano. Para que entendamos el mismo lenguaje, definiremos ciudad como un lugar de encuentro e intercambio de cultura2, y pintura callejera, como un tipo -simultáneamente banal, anónimo, popular y masivo- de pintura realizada en las murallas públicas3. De este modo, cuando hay cosas que decir, esas manifestaciones se pueden expresar a través de un gesto visual, y qué mejor que ocupar la propia infraestructura urbana como medio de comunicación social y colectivo.
«Somos las flores de los tachos de basura” decían los Sex Pistols. Esta frase puede ser encontrada en las cercanías del Barrio Azopardo, un barrio estigmatizado por ser uno de los más peligrosos, en San Salvador de Jujuy, y también se lo puede encontrar en las paredes de las calles del Barrio Ciudad de Nieva, uno de los barrios más pudientes.6
Este texto, que ejemplifica la transversalidad de un rayado en la norteña provincia argentina de Jujuy, nos muestra la apropiación del rock desde distintos contextos y subculturas jóvenes, y que, por ejemplo en Santiago, se puede ver graficada con la conocida consigna «Punk Not Dead», que se puede encontrar y leer tanto en murallas de Providencia y Las Condes (comunas del barrio alto) como de Estación Central y Recoleta (barrios céntricos) o Puente Alto y Maipú (zonas periféricas de la capital).
Antes de este contexto histórico, en Inglaterra aparece la relación entre el rock y la pintura callejera, como un subgénero secundario si se quiere: en 1967, un rayado irrumpe en una estación del metro subterráneo de Islington, Londres. El texto que se podía leer era: «Clapton Is God»8, y fue pintado por un admirador, que luego de ver una presentación de la banda The Yardbirds, decidió manifestar su opinión e «inmortalizarla» con un rayado urbano. Luego, la consigna se volvería tan popular que comenzó a replicarse en varias murallas de la capital británica.
Ya en los ’70, el movimiento punk encontraría en el grafiti y en el stencil un soporte perfecto para su actividad callejera, y así, levantar iconos y figuras subversivas, como también mensajes contrahegemónicos. Más adelante, y en menor medida, la cultura indie también adoptaría la técnica para la difusión de esta tendencia.
En Chile, las manifestaciones del grafiti rockero se concibieron a mediados de los ‘80, cuando el nuevo movimiento musical, ya menos reprimido y censurado por la dictadura, comenzaba a generar fuerza y resistencia desde las periferias de la ciudad. Esta trinchera tenía como generalísimos a unos incendiarios sanmiguelinos: Los Prisioneros, y detrás de ellos, toda una generación de músicos que empezaron, de a poco, a manifestar el descontento y denunciar la brutalidad y horror del gobierno de Pinochet. Los Prisioneros pregonaban: “de las entrañas de nuestras ciudades surge la piel que vestirá al mundo”9. Y tenían razón. Lentamente se comienza a formar una especie de escuela clandestina que aspira a ser la canción protesta del proceso histórico que se estaba gestando y la banda sonora del período que se avecina.
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Mural de Los Prisionero en el Museo de Arte Callejero, San Miguel Realizado por Nodo Arte Público y Mono González |
Por otra parte, el rock «de afuera» empezará a penetrar con todo y a todo el país desde los ’90. Se escuchará masivamente mucho rock anglo, que dejará sus huellas de manera indeleble en nuestra cultura. El espíritu contestatario y trasgresor que caracterizó al desarrollo del rock iniciada la democracia, su carácter popular, la notable influencia sobre el público juvenil, el origen callejero de algunas bandas y, en oposición a ello, la concentración de las compañías discográficas, su monopolio de la promoción y cadena de distribución; se combinaron para hacer del rayado callejero el medio más idóneo para publicitar tanto a los grupos de rock en formación, como a los nuevos ídolos foráneos. De esta forma, las paredes de la ciudad se transformaron en espacios de prensa libre, en dibujos donde se describen, muestran y simbolizan a nuestras bandas favoritas: Fiskales Ad-Hok, La Renga, Rolling Stones, La Rabona Funk, Víctor Jara, Ramones, Nirvana, John Lennon… todo vale para hacer (re)conocer que hay seguidores del rock.
no ha sido culeado, ni tampoco nos borraron los murales
que anuncian la venida del afamado grupo chicano de rock Los Lobos”
Mauricio Redolés – Bello Barrio
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Interpretación de ‘De La Cama Al Living’ y portada de Clics Modernos de Charly García. Mural de Mc Pyo en Barrio San Nicolás, Buenos Aires |
en la pared la tribu de mi calle”
Patricio Rey & Los Redonditos De Ricota – Vencedores Vencidos
(*) Artículo publicado originalmente el 15.09.2010
1 Se hace alusión a la canción de Rage Against The Machine y al disco de Radiohead, respectivamente, conceptualizando los términos de acción insurgente y orden establecido.↩
2 Jordi Borja, «Ciudadanía y espacio público». Revista Ambiente y Desarrollo, 1998↩
3 Patricio Rodríguez-Plaza, «Estética, política y vida cotidiana: El caso de la pintura callejera chilena». Revista Bifurcaciones, 2005.↩
4 Edwin Campos, Santiago Stencil. 2006↩
5 Mario Margullis, La juventud es más que una palabra, 2008↩
6 Edgardo Gutiérrez, Sobre los graffitis y las intervenciones urbanas del rock, 2006.↩
7 Ocupando las técnicas del tag, throw-up y piece que se dieron a conocer en la época ’71 al ’75, principalmente en los barrios marginales de EE.UU.↩
8 La frase hace referencia al excelso guitarrista Eric Clapton.↩
9 Frase de la canción ‘La Voz De Los 80‘ (1984)↩
10 Marshall McLuhan & Quentin Fiore. El medio es el mensaje: un inventario de efectos. 1967↩
2 comentarios
Sigo pensando en que el rock es básicamente irrelevante en las calles de Santiago (no sé qué pasará en otros casos). Hay algunos casos aislados, pero en general el rock parece que no tiene mucho que decir en las calles, como sí ocurre con los rayados políticos.
El rock aparece en la calle en forma de publicidad de conciertos y tocatas, en los parches de las mochilas de los cabros y las poleras, pero sin mucho mensaje. No sé si será que no tienen (tenemos) mucho que decir…o la gente simplemente no está ni ahí con recibir nada de parte nuestra.
Saludos y aguante + rock, ojalá dure mucho tiempo esta wea.
Primero felicitaciones Cesar es uno de los mejores post que he leído en +Rock por el trabajo y la investigación de fondo -se agradece real contenido y opinión-, por otro lado difiero completamente con Felipe el Rock esta mas vivo que nunca en Chile, solo hay que saber a quien escuchar, y claramente el mercado no marca la pauta del rock en ninguna parte… por sobre todo Felipe aguante el Rock. m/