Su reputación, a estas alturas, ya no le es indiferente a nadie, sea un aficionado al fútbol o no, su marca ha trascendido en la historia tanto por sus proezas dentro de la cancha, como por las múltiples noticias de un malogrado comportamiento fuera de ellas. Sin embargo, el 10, es un ídolo, un credo, una figura tan importante e influyente en la cultura argentina que su nombre fue sinónimo de rebeldía (como el Che Guevara o Luca Prodán) para toda una generación de rockeros argentinos , sobre todo a mediados de los ’90s.
Es así -y sabiendo el nacionalismo exacerbado que sienten nuestros vecinos- como el mundo del rock no fue (ni es) indiferente a la figura de Maradona. Diferentes músicos le han dedicado las más ‘agradecidas’ canciones, tratando de devolver, de alguna forma, todas las alegrías que le dio a su pueblo. Desde el rock de barrio, a la cumbia y el reggae, podemos encontrar las más diversas melodías en función de homenaje: ‘La Mano de Dios’, ‘Yo te Sigo’, ‘El Baile de la Gambeta’, ‘Capitán Pelusa’, son algunos nombres que diferentes músicos trasandinos han instalado en el tracklist de la cultura musical y popular en la Argentina y el resto de Sudamérica.
Pero hay un track que es sencillamente sublime y que tiene un relato que se lo quisiera cualquier banda que hace un homenaje a su ídolo. Me refiero a «Maradó» de Los Piojos.
La historia se remonta a 1994. La banda ‘rolinga’ edita su segundo LP «Ay Ay Ay», el que fue dedicado a Diego. Acá comienza el romance. Luego, en 1996, no contentos ya con el gesto anterior, en su siguiente disco: «3er Arco» (1996), Andrés Ciro escribe y musicaliza ‘Maradó’, cuyo videoclip llega rápidamente a la cima de los rankings e música trasandina y top ten en MTV. Ciro declara respecto al tema:
«Maradona se eleva a un pedestal porque encarna el enfrentamiento entre poderosos y perdedores, entre la división cada vez más tajante entre ricos y pobres, suerte de Robin Hood que defiende a los desposeídos»
La canción finalmente llega a oídos de Diego, y en un hecho histórico, un 7 de mayo de 1999, el mismísimo Maradona sube al escenario de un repleto Estadio Obras y le regala a Andrés Ciro el último par de botines que usó como futbolista profesional, y luego, cantó con los muchachos el ya mencionado himno. Desde ese día, cada vez que cantan la canción, los botines del 10 cuelgan del micrófono del guitarrista, quien en compensación por el inigualable obsequio, le regala su primera armónica, la que se exhibe actualmente en el Museo Diego Armando Maradona (M10).
Un comentario
Personalmente no engancho mucho con el 'maradonismo' o como se llame. Endiosar a los futbolistas creo que es más nivelar hacia abajo que hacia arriba, sin embargo, lo que si me parece y apoyo es esa identificacion popular de la musica, en que se hace parte de una manifestacion masiva y rescata el sentimiento de muchos a traves de una gran cancion como la de Los Piojos. Siempre va a ser mucho más valorable desde mi perspectiva ese acercamiento del arte al comun de la gente que cualquier otra expresion que huela a aburguesamiento.
Buen post, buen tema, pero maradona ya hace mucho rato que da jugo.