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‘El Arriero Va’, mural en homenaje a Atahualpa Yupanqui y su clásica canción Artista: Rodolfo Campodónico, Trenque Lauquén. 1999. |
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Atahualpa Yupanqui |
A través de los años, han reinterpretado en varias ocasiones a grandes folkloristas latinoamericanos: Quirino Mendoza, Mario Arnedo Gallo, Ricardo Vilca, y al mismo Yupanqui. Además, variadas composiciones originales rescatan los sonidos de la chacarera, el malambo y otros ritmos del folklore argentino, incluso el tango, dentro de una búsqueda que ambos músicos tenían desde muy jóvenes, pero que se vio truncada, en parte, luego que conocieran al gran Luca Prodan e iniciaran la leyenda con Sumo. Esta búsqueda, según cuentan, no es a propósito, ni menos aún es con un afán chovinista o patriotero, sino que se enmarca dentro de una «devolución» cultural a quienes los han influenciado para llegar donde están. Es algo que les sale de manera natural, por su formación musical, y que no pretenden sea tomado como algo forzado.
La historia de la canción fue contada por los mismos integrantes en el programa Encuentro En El Estudio, de la televisión argentina, donde señalaron que, en plena sesión de grabación, comenzaron a improvisar un blues denso, zeppeliano, y mientras aquella densidad se iba apoderando de la sesión, Ricardo comenzó a agregarle a la improvisación la letra de Yupanqui, originándose, entonces, una de las grandes canciones del trío argentino, cuya carga emocional es producto de una sentida (re)interpretación tanto de la influencia de Page, Plant, Jones y Bonham, como del compositor trasandino.
El resultado, luego de 17 años de grabada, los lleva a asumir aquel aporte mediante el reconocimiento que ha llevado a toda una generación de jóvenes a descubrir quién es Atahualpa Yupanqui, y porqué está dentro de un disco de Divididos; una búsqueda que todos hemos iniciado alguna vez cuando descubrimos las influencias de nuestros artistas, y así vamos descubriendo y escarbando hasta los orígenes de la música, de Divididos al folklore al hard rock setentero a los inicios del blues, enriqueciendo nuestro conocimiento musical, abriendo nuestras mentes y revelando porqué este estilo de música ha permanecido por tanto tiempo.
Una de las primeras canciones de la banda que descubrí, por allá a fines de los ’90. Un sonido aplastante y emotivo, de esas canciones que se te quedan grabadas al instante, de esas que te emocionan, gracias a la electrizante guitarra de Mollo y aquella densa muralla alzada con las líneas de bajo, que te transportan a los lugares recónditos donde viaja el arriero, solo con sus animales, atravesando la pampa y la cordillera. Es de aquellos temas que se deben escuchar a todo volumen para lograr captar la esencia y la emotividad que resulta al sumar a Zeppelin y Yupanqui mediante la potencia de la aplanadora, una suma potentísima con un resultado que impresiona, desde la primera vez que se oye y que ya se ha transformado en un clásico.